lunes, 3 de enero de 2011

alguien dejo un tazón con flores pintadas en el alféizar de una casa
como una especie de ofrenda, como una especie de invitación

algunos lugares habían permanecido tan solitarios,
tan vaciós de seres que los poblaran que practicamente habían dejado de existir

la casa tenía la cualidad de ser el único bastión acogedor en medio del desierto blanco
por fuera era la noche casi permanente

de modo casi imperceptible montones de ardillas comenzaron a aparecer en los árboles
algunos de los anagramas empezaron a ser descifrados
al fin alguien estaba oyendo....
alguien había descubierto al menos ciertos indicios de aquel mensaje orgánico

desde abajo del agua un ser milenario se movía ansioso

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