martes, 6 de septiembre de 2011


Se me llenó la habitación de mariposas negras,
las ví cuando quise sacar un abrigo y salieron revoloteando.
Tardé en descubirir que eran mariposas
su negrura y gran tamaño me confundieron
entre sus desesperados movimientos para intentar escapar.
Luego de chocarse contra los vidrios y las paredes repetidas veces
se calmaron unos segundos
y pude apreciar el interior de sus alas
y los más bellos colores del invierno que tenían allí.
Les abrí la ventana y volaron.

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